Una tarde soleada, un sábado cualquiera en marzo,
doce años después,
tantos recuerdos volvieron a mí al cruzar ese portón.
Nunca pensé que mi regreso fuera por esa razón,
para una última despedida,
porque iba a desaparecer de este mundo tan bizarro.
Nunca creí que al entrar me encontraría
con los compañeros, los profesores,
las aulas, la administración, los pasillos,
llenando un vacío de algo que alguna vez estuvo lleno.
Me tropezé con "la vida aventurare de los errantes pájaros marinos..." de Marchena,
y con "oli coquillage ,compose le numéro ,océan zéro zéro,...".
Y al caer la tarde, recorrimos nuevamente y por última vez,
el camino al gym.
Fotos, firmas, recuerdos, la comida de la cafetería
todo lo celebramos con algo que nunca hicimos ahí dentro: con una cerveza.
Cerramos la noche, caminando por aquellos pasillos,
burlando la autoridad, como muchas otras veces hicimos en el pasado.
recordando las travesuras, los amores platónicos, lo vivido
las situaciones y la gente que nos hicieron lo que somos hoy en día.
Adiós cole, gracias por todo!!!
