Tuesday, August 29, 2006

El Orfebre vs el Italiano

DRAMA DE DOS PERSONAS EN EL ACONTECER DIARIO DE UN PEQUEÑO PAÍS.

PERSONAJES:

Segismundo (orfebre por convicción)
El Italiano (bastante pasado de agrio, de esos que son capaces de limpiar las
fosas nasales de todos a 2 metros a la redonda)

ACTO PRIMERO

(Barrio La California, en la provincia de San José, exactamente al doblar la esquina de la Pizza Hut, ahí cerquita de la embajada de Nicaragua. Las 5 de la tarde, un día cualquiera de una semana cualquiera. Se siente el típico bochorno que se presenta luego de un aguacero. Las calles están mojadas. Se siente cansancio del final de un día de trabajo).

(Sale Segismundo de la oficina, con su cartera en un hombro y en el otro la computadora, en la mano una bolsa blanca con tuppers vacíos y una botella de agua a medias. Se encuentra su carro taponeado por otros dos, tanto que si hubiera llegado un polícia de tránsito a escribirle un parte no hubiera podido porque no se veían las placas del carro).

SEGISMUNDO: (irónicamente, sabiendo que su carro había sido prensado a propósito). Señor me haría el favor de mover uno de sus carros hacia adelante un poquito para yo poder salir con el mío y no pegarle a ninguno de los suyos.

EL ITALIANO: (Quien sabe cuanto tiempo tenía de estar parado en la puerta de su casa esperando a Segismundo). (Con acento italiano). Es que esta es la única manera de poder hablar con usted.

(Segismundo pone cara de "usted no tiene nada que decirme" y por primera vez aspira lo avinagrado del ambiente)

EL ITALIANO: (Ya con un tono de prepotencia y superioridad, creyendo estar en un pueblo de indios). Como hacer para que usted entienda que no parquearse aquí. Esta es mi casa y yo solo pido que nadie se parquee enfrente porque este pedazo de calle es mio.

SEGISMUNDO: (Interrumpiendo a El Italiano, tratando de controlar su furia y conteniendo la respiración). Vea señor, en este país las calles son públicas y mientras la ley lo permita cada quien se parquea donde quiera y donde encuentre campo.

EL ITALIANO: ¿Y porqué no se parquea frente a su oficina? ¿Porqué tiene que parquearse frente a mi casa? Yo siempre tengo camiones que bajan material de construcción.

SEGISMUNDO: (Queriendo decirle que con tanta construcción que ha hecho en tantos meses ya parece que está lavando dólares, pensando en llamar a la Interpol para a ver si se les ha perdido algún italiano avinagrado). Yo me parqueo donde haya campo y hoy en la mañana no había campo ahí.

EL ITALIANO: Si había campo.

SEGISMUNDO: No había campo.

EL ITALIANO: Si había campo, yo lo ví.

(Segismundo se siente estar en la vecindad del Chavo del Ocho).

SEGISMUNDO: Ay! Como sea!

EL ITALIANO: (Señalando con la punta del pie el borde de la acera donde está pintado de amarillo). De por sí, vea, vea, yo voy a llamar a ...

SEGISMUNDO: (Con una sonrisa de malicia, pensando que EL ITALIANO no podía ser tan idiota y siempre conteniendo la respiración, lo interrumpe). Ah! Me parece excelente, llame a Tránsito, porque si está pintado de amarillo, la verdad es que hay que respetar la ley, me parece de maravillas, esto es lo que le falta a este país, aprender a respetar sus propias leyes. Claro! si usted llama a Tránsito eso significa que tanto yo como USTED no nos vamos a poder parquear aquí.

EL ITALIANO: (Rojo como un pomodoro y haciendo los mismos berrinches que El Chavo del Ocho. Después de balbucear algo inentendible y amenazando con su mano). Si así van a ser las cosas, va a ver lo que le espera!

(El Italiano se monta en su carro y lo hace para atrás. Segismundo apunta el número de placa en su celular y con un sentimiento de triunfo, se sube a su carro, arranca y se va).


TELÓN


5 comments:

Daniela said...

Segismunda.. Esta historia tiene que continuar... keep me posted.. es increible que exista gente como éste hobmre en el mundo...

Unknown said...

necesito que se abra el telón otra vez, está genial!!!!!!!!!!

El Orfebre Segismundo said...

Creo que el señor Italiano está en indagaciones... hay que darle tiempo al tiempo para ver que encuentra (si es que encuentra algo) y entonces sabremos como termina la obra.

Anonymous said...

como me he reido, dios, se me salieron hasta las lagrimas... sobre todo xq me identifico plenamente con segismundo. creo que mi vecina debe ser hermana del italiano avinagrado, solo que ella hizo algo mas increible aun: pego piedras enormes con concreto a la calle, paralelas a "su" pedazo de acera, para que nadie (o sea yo) le parqueara el carro al frente. quejas a la muni por las piedras sobraron... que hizo la muni? absolutamente nada!!!

El Orfebre Segismundo said...

No sé que le pasa a la gente, como el italiano y tu vecina. Y en este caso pareciera, aunque suene increible, que la burocracia de este país sirvió de algo. Te invito a leer el Acto II de esta historia.