Thursday, July 13, 2006

Teletransportación Internacional

El reloj marca veinte minutos para las cuatro de la tarde, pero parecen casi la seis, las nubes tapan cualquier rayo de sol y la lluvia en su monotonía cae incesantemente en el pavimento, quiero estar en algún lugar, pero la verdad que el traslado de punto a punto me da pereza; los carros, la lluvia, lo oscuro, tampoco ayudan a combatir la pereza. En eso pienso: "que diferente fuera la vida si existiera la teletransportación, pero eso si, internacional".

Si fuera así, de vez en cuando iría a París a tomarme un café en las calles donde los impresionistas pasaban sus tardes, viajaría a Florencia a saborear una pasta mientras observo el sol ponerse detrás del Ponte Vecchio, iría a comprar quesos a Holanda, disfrutaría de una ópera en Sydney, comería sushi en Tokio, saborearía una cerveza en Alemania, me quitaría el antojo de tacos en México, me asolearía en el Caribe, comería una paella en Valencia, vería más seguido a los amigos...

También me puse a pensar que sería bueno para la humanidad en general, porque no existirían los atentados terroristas ni en trenes, ni aviones; no existirían los accidentes aereos ni los choques de tren; si un túnel se cae, nadie saldría herido; la demanda de petróleo bajaría, por lo tanto los precios bajan y todo en el mercado se vuelve más accesible; no hubiera tanta contaminación en el ambiente; bajarían las estadísticas de muertes en accidentes; robos de carros; creo que hasta las deudas se vendrían abajo.

Pero afuera sigue lloviendo, esa lluvia que baja a un solo ritmo, no me queda otra que montarme en el carro y salir, tal vez algún día, mientras tanto... se vale soñar...

1 comment:

Daniela said...

Que rico pensamiento... Yo pordía irme este fin de con vos a Coyote y comería un pinto de tu mamá que como me gusta..
Me traería a mi mamá para que me platique.. y me cocine un ajiaquito...
Iria a ver al Allan, que está en la finca y lo arrastraría al mueblero, para escojer la tela de los muebles...

En fin, como vos dijiste... Se vale soñar!